Es de todo el mundo conocida, la frase de John Lennon que dice: “La vida es aquello que pasa mientras estás ocupado haciendo planes”. Si hoy viviera John Lennon seguramente diría: La vida es aquello que pasa mientras miras tu Smartphone.

Y es que los teléfonos móviles son máquinas perfectas para “matar el tiempo” si no se utilizan bien, y cuando digo matar el tiempo digo matar el tiempo, es decir: “no vivirlo”.

Apaga la pantalla y levanta la mirada

Apaga la pantalla y levanta la mirada

Ya corren chorros de tinta en Internet y en papel sobre los miles de amigos que algunos tienen en la “vida virtual” y los pocos amigos, o ninguno, que algunos tiene en la “vida real”, la de las 24 h que tiene cada día, ni una hora más ni una hora menos. Otra cosa es que no excusemos en el “no tengo tiempo”, pero con todos los respetos, cuando decimos “no tengo tiempo”, estamos diciendo “no sé gestionar bien mí tiempo”, porque el tiempo es siempre el mismo: 24 horas cada día.

Hoy toca hablar del móvil y la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) tiene un test para que cada uno se lo autopase y sepa más de sí mismo sobre si es o no adicto al móvil, en qué grado, con qué consecuencias y como vive o mata su tiempo.

http://www.ocu.org/salud/nc/calculadora/test-adiccion-movil

Apaga la pantalla y levanta la mirada

Estas son las preguntas de test de la OCU:

  • Si uso menos mi móvil, me encuentro menos contento.
  • Necesito usar el móvil cada vez más tiempo para estar satisfecho.
  • Si prescindo de mi móvil, me pongo de mal humor.
  • Emocionalmente, me sería muy difícil renunciar a mi móvil.
  • El tiempo que le dedico a mi móvil me impide hacer tareas importantes.
  • Antes opinaba que no es normal dedicar tanto tiempo al móvil como yo hago ahora.
  • Creo que a lo mejor paso demasiado tiempo usando mi móvil.
  • La gente me dice que uso demasiado el móvil.
  • Cuando no tengo el móvil a mano, pienso en usarlo o en lo que haré cuando lo recupere.
  • Me pongo nervioso si no recibo un mensaje o una llamada cuando los espero.
  • He ignorado a las personas con las que estaba para concentrarme en mi móvil.
  • He estado usando mi móvil cuando sabía que tenía que estar estudiando o haciendo tareas.
  • He estado usando el móvil cuando tenía que haber estado durmiendo.
  • Cuando he dejado de usar el móvil porque interfería con mi vida, normalmente he vuelto a él.
  • Me he metido en problemas en el trabajo o el colegio debido al móvil.
  • A veces uso el móvil en vez de estar con gente importante para mí que quiere estar conmigo.
  • He usado el móvil en momentos en que era peligroso (conduciendo, cruzando una calle).
  • Casi provoco un accidente por usar el móvil.
  • El móvil me ha creado problemas en una relación.
  • He seguido usando el móvil incluso cuando alguien me ha pedido que lo dejara.

Y es que lo adultos a veces somos como niños, por eso a veces hay que tratarnos como niños. Si apagas la tele,  el móvil, el iPad, el ordenador y, simplemente, hablas conmigo y me cuentas como te ha ido el día… yo te cuento como va a empezar la noche y sobre todo como va a acabar… porque llevo una ropa interior nueva muy sexy que a lo mejor te la enseño…

Algo así como la idea que ha tenido un restaurante: “Si no utilizas el móvil durante la cena, la factura es un 20% más barata”. Y el restaurante está lleno.

Concéntrate en los sabores, en los colores, en la experiencia, en el placer de la conversación… apaga la pantalla, levanta la mirada y mira lo que tienes delante de las narices y no ves… porque quizás incluso está pasando delante de ti el amor de tu vida… https://www.youtube.com/watch?v=hwz_nTV_Zko

O lo que es igual, como dijo Hans Christian Andersen, “Disfruta de la vida. Hay mucho tiempo para estar muerto»… y no mates el tiempo real, con la gran mentira del tiempo virtual, incluida la de los cientos o miles de “amigos” en las redes sociales, que sabes muy bien que no tienes… ¡que no tenemos!

Apaga la pantalla, levanta la mirada… y mira el magnífico espectáculo que es estar vivo… ¡y amar y ser amado por alguien de carne y hueso!

Amorimus Anonimus

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