La facilidad que tenemos hoy en día para comunicarnos es un punto positivo en según qué casos, como por ejemplo cuando nos encontramos en una relación a distancia, pero el querer respuestas inmediatas también pueden traer consigo pensamientos negativos.

El mundo recibe cada día cincuenta millones de mensajes en sus smartphones. Desde sus inicios en 2009, Whatsapp, la aplicación que hace posible este suceso ha transformado la forma de relacionarnos con amigos, familiares, pareja… Tanto si nos encontramos a escasos metros como si estamos a miles de kilómetros de distancia.

La reflexión que hacemos desde Zhazz desde nuestro ámbito, el amoroso, es la siguiente:

¿WhatsApp facilita la comunicación entre la pareja? ¿O, por el contrario, solo genera conflictos?

Lanzamos ambas preguntas para que cada uno valore cuál es la respuesta más adecuada para cada una de ellas. Lo cierto es que cada vez conocemos más problemas de celos, desconfianza e, incluso, infidelidades, debido al “mal” uso que le damos a esta aplicación.

Pero como pasa con todas las aplicaciones, no es ni mejor ni peor que otras, se trata del uso que nosotros queramos darle. Por ejemplo, para aquellas personas más tímidas, que para iniciar una conversación tienen que hacerlo desde detrás de la pantalla, es positivo romper el hielo con ayuda de estas aplicaciones. Como decíamos anteriormente, para aquellas parejas que no se ven tan a menudo o que, por distintos motivos, están distanciados, también es útil el servicio de mensajería instantánea. 

Pero más allá de estos usos, también reconocemos que Whatsapp puede ser uno de los motivos principales de desconfianza de la pareja. “¿Con quién hablas?”, ¿Qué haces en línea hasta las tantas de la madrugada?” “¿Por qué no me lees si estás conectad@?”.

Obviamente, la solución no es desinstalarse Whatsapp, ¡y voilà!, porque quien dice Whatsapp, dice Facebook, Instagram o cualquier red social que nos permita estar conectados en tiempo real con cualquier parte del mundo. La solución consiste, más bien, en tener claro los espacios de cada uno de la pareja: tomar conciencia de que cada uno necesita su espacio y que no siempre compartiréis todo el uno con el otro, ya que hay momentos, vivencias, experiencias o recuerdos que igual no necesitáis o no sentís que debéis compartirlos. Y de ahí tenéis que hacer el trabajo de confiar el uno en el otro, y saber que si no os lo decís todo no es porque os estéis ocultando cosas, sino porque igual no sentís la necesidad de hacerlo.

Agradecimientos:

Imagen de André Santana en Pixabay