El concepto “pareja estable” cambia con el paso de los días y del tiempo.

Podríamos definir una relación estable o pareja estable cuando entre dos personas del sexo que sea se comprometen de forma natural, sin presiones, ligaduras y con mucho respeto a iniciar una etapa de la vida hacia una dirección única en ideales, principios y forma de ver la vida, con cariño, amor, respeto y complicidad creando un proyecto de vida en común visionando el futuro juntos compartiendo un espacio físico.

Las respuestas a muchas preguntas ya no son las mismas de hace algunos años atrás. Interrogantes como ¿cuánto tiempo debemos estar conociéndonos?, ¿en qué momento se establece una relación más seria? o ¿quién tiene que dar el primer paso? se responden de manera distinta según la pareja, y aunque haya habido cambios con los años, hay aspectos que en las relaciones no deberían cambiar nunca.

Un tiempo atrás, el concepto “relación estable” se trataba muy distinto.

Pasar de una relación ocasional a una relación estable.
Pasar de una relación ocasional a una relación estable.

Un chico salía con una chica cuando había pasado un cierto tiempo y, finalmente, él se atrevía a acercarse a ella para charlar, entablar una primera conversación y conocerse más allá de cuatro cruces de miraditas que hubieran podido tener los sábados por la tarde en el bar de copas. Y, si la cosa iba bien, la intención de ambos no era probar y “a ver qué pasa”, sino empezar una relación seria. Pero hoy en día este proceso ha cambiado mucho en la mayoría de los casos, ahora nos conocemos, salimos juntos a los pocos días (a veces ni llega a la semana), somos novios (pero no queremos nombrarlo como tal), quizás salgamos con alguien más y, finalmente, definimos si nos convence lo que tenemos con esa persona.

¿Por qué la gente tiene miedo al compromiso, a las “relaciones estables”?

¿Por qué es necesario ponerle un nombre a lo que dos personas tienen? Una relación estable.
¿Por qué es necesario ponerle un nombre a lo que dos personas tienen? Una relación estable.

La generación de hoy tiene muy claro lo que significa la palabra “compromiso” y tiene un gran respeto hacia él, y buenos conocedores de la responsabilidad que esto supone eligen no asumir el riesgo y dejar que las cosas que hablen por sí solas, sin necesidad de encaminarlas hacia un destino u otro.

Pero entonces… ¿Por qué es necesario ponerle un nombre a lo que dos personas tienen? Una relación estable.

Porque esa definición nos da la base de lo que somos, establece unas reglas, barreras o límites, llamémosle como queramos, que no debemos sobrepasar. Algunos estudios demuestran que a la mayoría de las personas nos gusta llamar a las cosas por su nombre, ya que eso nos proporciona seguridad y pertenencia. De esta manera, también evitamos situaciones incómodas en las que quizás, para él tú eres la mujer con la que sale, pero para ti él es el hombre de tu vida y el padre de tus futuros hijos.

Sí, sé lo que quiero, una relación estable.

¿Cuándo pasar de una relación ocasional a una relación estable?
¿Cuándo pasar de una relación ocasional a una relación estable?

Lo que nos encontramos aquí, pues, no es una necesidad de asignar un nombre a las cosas para satisfacer a los demás, sino de resolver ciertas dudas y posibles problemas dentro de la propia relación, para que ambos tengan claro qué esperar del otro en todo momento.

Para ello, es muy importante tener una buena comunicación con la persona que tenemos al lado, ser claro con tu pareja es la clave para evitar posibles diferencias y malentendidos que puedan darse a largo plazo si ambos no os encontráis en la misma situación. Definid lo que representáis y ayudaos a quereros sin máscaras, pero también sin presionaros, en el amor no todos corremos a la misma velocidad.

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