Existen muchas profesiones en esta vida, la mayoría de ellas lícitas y respetables (no entraremos en detalles), pero existe una de la que todavía estamos aprendiendo su significado y transcendencia en la sociedad.
Señoras y señores, os presento a las Drag Queens; ni travestidos ni locas mariquitas, reinas, como su propio nombre indica.
A pesar de que este concepto no aparece todavía como válido en la RAE (Real Academia Española), gracias al buscador más conocido de la historia de Internet podemos saber que “Drag Queen” es aquel “artista o cantante masculino que actúa vestido con atuendos propios de mujer (pelucas, zapatos de plataforma, etc…) y exhibe maneras exageradamente femeninas”.
Es evidente que la presencia de estereotipos debe permanecer intacta en la descripción de cualquier tipo de persona, pero aun así, para hacernos una idea general, la definición no va desencaminada.
Distinguir entre dos categorías de “Drag Queens”
En términos, también generales, las “Drag Queens” se pueden distinguir entre dos categorías que las diferencian las unas de las otras; por un lado nos encontramos con las “Reinas del desfile”, Drags que, como si se trataran de modelos, desfilan en concursos de belleza, mientras que por otro lado podemos hallar las “Reinas de la comedia”, aquellas que protagonizan más bien “stand-up shows” (espectáculos cómicos en inglés) y, normalmente, se visten de una manera más extravagante que no las que se dedican más al desfile, previamente comentadas. Aquello que las une, sin duda alguna, es el “lip synch”, lo que la mayoría de ciudadanos conocemos como el “playback” de toda la vida, una modalidad musical en la que ofrecen a los espectadores de sus shows puro y verdadero entretenimiento. ¿Cómo? Acrobacias, únicos y singulares bailes, así como la sincronización labial son la razón de ser de estos shows.
Si indagamos todavía un poco más en el origen del propio término, es gracias a la Revista Muy Interesante que podemos ser conocedores del hecho que “el término […] podría proceder del vocablo inglés drag, “arrastrar”, y haría referencia a las largas y vestidos que llevaban los actores masculinos que se disfrazaban de mujeres”.
Resulta mandatorio recordar que, años atrás, las mujeres no tenían permitido actuar encima de un escenario, de manera que eran los hombres los que se encargaban de interpretar los papeles femeninos de la obra de teatro en cuestión. Es entonces cuando podemos afirmar que la profesión explicada en este artículo se ha desempeñado desde tiempos inmemorables.
Si se ha creído la necesidad de escribir acerca de esta temática no ha sido por otra razón que por el hecho de que, durante mucho tiempo, se ha visto a las Drag Queens como una pequeña parte de la comunidad LGTB que se actuaba de noche en tugurios no reglamentados y que lo único que pretendían era exhibirse y hacer uso de la promiscuidad mientras resaltaban su verdadero interior, el de ser una mujer.
Drag Queens profesionales
Sin lugar a dudas, una opinión claramente anticuada y poco informada. Sí, es verdad que ha habido Drag Queens que se han dedicado a la profesión antes de admitir que se sentían verdaderamente mujeres y así lo querían ser, pero debemos tener claro que la mayoría de Drag Queens están muy contentos con quiénes son, hombres que se dedican a interpretar un papel femenino en sus espectáculos; y hasta aquí.
RuPaul, la Drag Queen por excelencia
Si hay alguien en la comunidad que lo ha demostrado de manera clara y concisa ha sido RuPaul, la Drag Queen por excelencia, aquél que ha sido capaz de hacer de su nombre una auténtica marca e industria. RuPaul Charles ha desfilado para las marcas más importantes de la industria de la moda, ha participado en películas, ha escrito varios libros autobiográficos que se han convertido en Best-Sellers, ha sacado al mercado multitud de CDs, y ha presentado varios programas de TV; de hecho, gracias a RuPaul’s Drag Race, reality show en el que 13 Drag Queens compiten para convertirse en el legado de este icono, ha ganado un Emmy y actualmente está nominado a 8 más en este 2017. Vamos, una estrella.
En una entrevista que concedió a la revista Vanity Fair, RuPaul explicaba que aquello que le diferenció del resto de drags conocidas fue que él eliminó el sexo y lo dejó a parte. Reconoce que su personaje siempre ha intentado ser muy sexy, pero no sexual, y esa fue al final su ventaja competitiva, sobre todo para el público americano, conocido por ser bastante conservador.
El hecho de haberle dado un corte de mangas al mundo e importarle bien poco la opinión de los demás ha sido un gran aliciente para su estrellato. Sin ir más lejos, en la autobiografía titulada como “Lettin’ It All Hang Out” (“Dejando que todo salga” en inglés), publicada en 1995, confesó lo siguiente: “Puedes llamarme él (he). Puedes llamarme ella (she), puedes llamarme Regis y Kathie Lee. No me importa, siempre y cuando me llames”.
Ha sido gracias a personajes como el presentado que podemos decir que ha permitido la normalización de la profesión en multitud de territorios, mostrando al público las verdaderas personas que hay detrás del maquillaje, de las pelucas y de los atuendos, hombres como cualquiera de nosotros que sienten pasión y auténtico respeto por lo que hacen, donde la creatividad y el talento se convierten en puntos clave para poder llegar al triunfo.
¿No tenéis el “gusanillo” de conocer más acerca del tema? Buscad, buscad. Dejadme decir que os sorprenderéis con la cantidad de artistas que os encontraréis. Lo que sentiréis, al final, será auténtico respeto y admiración.
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