Si queremos empezar bien el 2019 y ser los más felices posible conviene estar bien informados porque cuando se tiene información de calidad (ahora le llaman “análisis de datos” los del Big Data) se pueden tomar mejor las decisiones a la hora de invertir… ¡también en felicidad!

Según reza el artículo “La factura económica de la soledad” de El País, los datos hablan por sí solos, según diferentes estudios e investigaciones, entre ellos, uno de la Universidad de Stanford:

  • El 25% de los hogares españoles tiene un solo miembro.
  • La soledad tiene efectos similares a fumarse 15 cigarrillos al día.
  • La consecuencia de este tabaco “no fumado” es que aumenta un 31% el riesgo de morir.
  • “La soledad nos está matando”, cuatro millones de personas que viven aisladas son más propensas a tener peor salud, hipertensión, síntomas precoces de demencia, enfermedades del corazón, gripe.
  • 45.000 ciudadanos de EEUU se suicidarán y 70.000 morirán de sobredosis de drogas porque viven socialmente aislados.
  • Japón es el país más solitario del mundo, “4.000 muertes en soledad a la semana”, la mayoría de ellos ancianos, por eso han nacido numerosas empresas que se dedican a limpiar los apartamentos donde son encontrados los restos en descomposición, porque han muerto en la más absoluta soledad y nadie los echa de menos…

Estos datos aportan una información triste y a la vez llena de esperanza porque el problema está identificado: la soledad mata. ¿Y cuál es la solución? No hay una sola solución, afortunadamente hay muchas soluciones, que hay que tomarse con humor y con amor.

Cada maestrillo tiene su librillo: algunas soluciones.

Algunas soluciones son “de libro” pero otras son de “pura lógica”, y aquí vamos a hablar de las de pura lógica que vienen a resumirse en “si quieres peces mójate el culo”.

– Cuando fui estudiar a Inglaterra (llegué más solo que la una) y la primera semana no conocí a nadie porque cada uno iba a lo suyo, pensé… o mueves el culo o no vas a mover la lengua en inglés que es para lo que has venido aquí… y me apunté a un gimnasio, con lo que estaba entre aficionados a “algo” y los aficionados a algo tienen “ese algo” en común. Y funcionó, una tarde al salir del gimnasio invité a varios a tomar una “pinta” en un pub. Otro día, otro hizo lo mismo y hablando, hablando me cambié a un piso compartido entre 7 que aquello parecía la ONU. Y encima pagaba bastante menos de alquiler.

-Un amigo me contó que había roto con su novia de cinco años, era definitivo y estaba hecho polvo. ¡Ya no creía en el amor! Y para animarlo le dije “yo tampoco creo en el amor, creo en los amores”, seguro que ahora mismo hay cientos de mujeres que piensan lo mismo que tú… solo hay que demostrarles que están equivocadas. Salimos y no nos comimos un rosco, pero me espetó… “como mi novia (en realidad, exnovia confirmada) no hay ninguna pero he visto muchas otras posibilidades que le hacen la competencia”. Esa es la actitud.

-Tengo una vecina jubilada que enviudó, al principio estuvo muy deprimida, me decía que se le venía la casa encima. Los hijos la apuntaron, contra su voluntad, a un viaje del IMSERSO (Instituto de Mayores y Servicios Sociales)… solo sé que desde entonces se ha corrido media España.

¿Conclusiones? Que cada uno saque las que quiera,  yo tengo una que resume todas: “Cuando veas las barbas de tu vecino pelar pon las tuya a remojar”. ¿Soledad? No, gracias.

Amorimus Anonimus

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