El gran dilema de la marihuana: quedarse escondida o salir a la luz. ¿Se debería normalizar para que se mostrara, o deberíamos escandalizarnos por algo que se ha convertido en uno de los famosos estimulantes para mucha gente?
No es nada nuevo que encontremos personas fumando marihuana en la calle. El escándalo sobre este tema ha pasado ya a una segunda fase, que tarde o temprano, irá menguando hasta que desaparezca. Aunque por supuesto siempre habrán individuos que tengan la necesidad de escandalizarse por eso. Pero el quid de la cuestión no sería en absoluto el escándalo, sino el hecho deponer en juego la normalidad con la que se trata este tema. ¿Estamos concienciados de que la marihuana es para muchas personas como el que se toma una taza de café cada día? Pues sí. Para algunos es una necesidad diaria que ayuda a empezar, continuar, o conciliar el sueño al final del día. Por supuesto que es una droga, pero también lo es el tabaco, el alcohol, e incluso el café, justo acabado de mencionar…
Lo importante, como en casi todo lo que ingerimos, son los excesos. El café está considerado para muchos expertos cómo la droga más psicoactiva del mundo y, a su vez, la más consumida. Respecto al tabaco,cabe decir que en España, más del 30% de los jóvenes se declaran adictos al mismo, y cuatro de cada cinco fumadores empezaron a fumar antes de los dieciocho años de edad. Por lo que hace al alcohol, parece que en estos últimos años los jóvenes se emborrachan más que sus padres cuando tenían su edad, y así lo afirman las estadísticas. Así pues, ¿en qué lugar queda la marihuana? ¿Debemos mantenerla escondida? ¿Podemos sacarla a relucir con total normalidad?
La sociedad crece, se educa, y tal y como se dice en la película “X”»cuándo la sociedad crece, el vicio crece con ella«, y no es ninguna mentira. La gente necesita de sus pequeños vicios, de aquellas pequeñas costumbres que provocan un cierto placer en medio de unas rutinas, que no me atrevería a denominarlas aburridas, pero si repetitivas. La repetición cansa, y cómo siempre hacemos los seres humanos, intentamos buscar algún aliciente para sobrellevarla mucho mejor. ¿Debemos pues castigarnos por eso?
La felicidad se lleva dentro de cada cual. Uno debe buscar su propia felicidad interior, despejar su mente, tener claro sus objetivos, y estar a gusto consigo mismo; pero siempre hay ocasiones que con esto no basta; necesitamos un cigarrillo para estar mejor, o tomarnos un café para despejarnos, o hacernos un “pitillo” de marihuana para recordar que la vida es bella. Y no sería nada aplaudible en absoluto, todo lo contrario. Hay cierta debilidad en todo este asunto, pues la felicidad se consigue mediante incentivos externos, y no hay capacidad para estar a gusto con la vida sin todo eso.
Por otra parte, la fortaleza la pueden tener todos esos que saben estar sin esas adicciones, pero es “vox populi” que en el mundo debe haber de todo.
Seamos honestos; las personas que ingieren marihuana no deberían tener un arrepentimiento ni tampoco una consideración negativa en sí mismos. A todos nos gusta probar “lo exótico” y lo que nos aleja de la realidad, pues esta se nos presenta fuertemente sin máscaras ni disfraces, y por el contrario la podemos adornar.
Es inevitable su presencia. El olor que desprende el cannabis ya es del todo peculiar.Lo que también resulta inevitable es la incomodidad del personal que esté alrededor, cómo también será difícil su integración total en nuestra sociedad, pero su consumo es un hecho. España ocupa el tercer puesto en el ranking de consumidores de cannabis europeos, y aún así recientemente se ha desmarcado de la tendencia reguladora mundial a favor de dicha droga. Hay expertos que dicen que el cannabis reduce el Alzheimer, y hay gente que opina que es beneficioso para el oxigeno en la sangre… Entonces, ¿por qué todavía es ilegal?
Al concepto ilegal le cuesta mucho cambiar de acera, y eso lo podemos ver en la época que vivimos, pero aun así le podemos dar un poco más de maniobra, siempre y cuando no se exceda su consumo. Podemos convivir con muchas drogas a nuestro alrededor, y a veces no nos damos ni cuenta de su presencia. Son muchas las personas que cultivan cannabis, es así, y también hay mucha gente que lo vende y mucha gente que lo compra, y eso, en muchos países, no tiene nada de ilegal.
España todavía deberá esperar a que esto sea realidad, pero eso no cambiará nada respecto a su apreciación. Legal o no legal, la marihuana es la mejor amiga para muchos, y la que echa la realidad de la pista de baile para bailar con grandes dosis de fantasía.
Foto de Marc Sendra Martorell en Unsplash
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