Hay tres tipos de comunicación, la agresiva, la pasiva y la asertiva. ¿Por qué caemos siempre en la comunicación pasivo-agresiva con nuestra pareja? ¿ por qué nos cuesta tanto ser asertivos cuando nos duele lo que ocurre?

¿Te ha pasado alguna vez tener la sensación de que tu pareja no te escucha? ¿Has sentido por el contrario que cuando quieres decirle algo importante pierdes el control y acabas gritando y sintiéndote culpable de haberlo perdido? O incluso ¿has dejado de decir lo que piensas para no ocasionar otra “bronca”? Aquí tienes la solución a estos problemas: la asertividad.

Empezamos conceptualizando la asertividad como una estrategia o estilo de comunicación útil para gestionar situaciones socialmente difíciles, donde la mayoría de la gente se siente incómoda. El estilo de comunicación asertivo consiste en ser capaz de expresar de manera directa, honesta y respetuosa lo que piensas, lo que sientes o lo que deseas buscando el momento oportuno, la forma adecuada y sin negar ni desconsiderar los derechos de los demás ni los propios. Así pues, el objetivo de toda conducta asertiva es la comunicación clara, directa y no ofensiva de las propias necesidades y opiniones.

Por lo tanto, es una capacidad o habilidad personal de expresar interpersonalmente sentimientos positivos y negativos sin que dé como resultado una pérdida de refuerzo social y sin sentirse nervioso o incómodo.

Así, por ejemplo, una persona asertiva puede expresar sus gustos e intereses de forma espontánea, puede hablar de uno mismo sin sentirse cohibido, puede aceptar cumplidos sin sentirse incómodo, puede discrepar con la gente abiertamente y sin generar conflictos , puede pedir aclaraciones de las cosas, puede decir «no» ante peticiones no razonables, etc.

En definitiva, cuando se es una persona asertiva hay una mayor comodidad y manejo en las relaciones interpersonales, las cuales suelen ser más relajadas y menos estresantes o conflictivas.

¿Te sientes reflejado de momento en tu manera de comunicarte? ¿Por qué con la pareja esto se dificulta tanto?

Si con tu pareja esto es realmente algo difícil de lograr, probablemente sea porque hay una mochila llena de experiencias pasadas dolorosas que nos hacen adivinar el futuro de las conversaciones de forma negativa, condicionando así nuestra forma de enfocar “el conflicto actual”.

Entonces podemos caer fácilmente en la “ húida del conflicto”, quedándonos con nuestro malestar y nuestras peticiones para “no generar una bronca”; o al contrario, empezar la conversación con todas nuestras “armas preparadas para la batalla”.

En el primer caso, actuaremos de forma pasiva y sin la posibilidad de resolver el problema, y en el segundo caso, añadiremos un conflicto extra aun habiendo solucionado el problema planteado.

El primer paso para poder tener una conversación asertiva con nuestra pareja es tratar de ver el conflicto como algo que podemos solucionar sin necesidad de “pelear”, para esto es muy importante no mezclar los problemas del pasado dentro de la conversación, sino plantear el problema de forma clara, directa, expresando en primera persona como nos hace sentir el conflicto actual, y como nos gustaría que fuese a partir de ahora (planteando posibles soluciones y añadiendo lo bien que nos sentiríamos si lo pudiéramos solucionar).

Esto, como ya imagináis, no es una imposición, así que necesitamos que la otra persona también esté de acuerdo con lo que proponemos, hay que preguntarle si la solución propuesta le parece bien o si encuentra otras que podrían ser mejores. Es importante para ambos tratar de buscar una solución efectiva sin olvidar ponerse en la piel del otro en todo momento, empatizar con la pareja y con uno mismo.

La asertividad contribuye al desarrollo personal de cada uno, te permite expresar libremente las emociones y sentimientos, es un elemento esencial para el equilibrio psíquico. El simple hecho de expresar tus emociones te puede ayudar a liberarte de la ansiedad, así, la asertividad ayuda a tener una autoestima sana y al respeto a las propias convicciones sin pretender imponer, comunicando con mucho respeto.

Uno de los mejores criterios para valorar si una conversación es asertiva es preguntarte si ha contribuido a fomentar el respeto que tienes por ti mismo y por el otro a la vez que ha permitido resolver la situación sin llegar a “la discusión”. Si ha sido así, la práctica de la asertividad aumenta la confianza en ti mismo y en la pareja, fomentando la tranquilidad con la que podéis hacer frente cualquier conflicto.

Finalmente, ¿crees que puedes empezar a llevarlo a la práctica? Recuerda dejar atrás los problemas pasados y enfocarte en resolver el conflicto que ahora te perturba.

Júlia Araujo Guerrero Psicóloga colegiada número 21877

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