Seguro que has oído alguna vez  que nuestros abuelos tenían muchos hijos porque se iban pronto a la cama… porque no había televisión, y claro… ¡algo había que hacer en la cama a tan prontas horas de la noche!

Corren tiempos en que todo se puede investigar y de hecho se investiga sobre todo, incluso qué países, qué generaciones o en qué edades se hace más o menos el amor… más o menos de “número de veces”, no más o menos de “de aquella manera”. Pues bien, un estudio reciente dice que en Japón casi la mitad de los matrimonios (47,2%) no practica sexo, y lo triste es que la cosa va a más pues en 2004 era el 32%. Irónicamente se podría decir que “sube” el consumo de robots, pero el consumo de sexo en pareja “baja”.

El estudio también dice que en Japón el 35,2% de los hombres alegan que están demasiado cansados después del trabajo, lo que en Europa equivale al tópico del “me duele la cabeza”. Si a eso añadimos los datos del documental El imperio de los sin sexo  de 2012 en el que la abstinencia sexual superaba el 60% en las parejas mayores de 40 años… el tema es como para no ir a vivir a Japón… aunque solo sea para evitar el “posible contagio”. The Guardian

Bromas aparte, ¿cuáles pueden ser las causas de semejante situación tan “poco natural”, por llamarlo de alguna manera? Más que nada por aquello de que “cuando veas las barbas de tu vecino pelar, pon las tuyas a remojar”… porque en los países industrializados lo que comienza a pasar en un país pionero suele acabar pasado en otros no tan pioneros.

Más datos. Un estudio de la Universidad de San Diego reveló que el 15% de los jóvenes de hoy, los Milenials, nacidos desde los inicios de los 80 al 2000, no tenía ninguna pareja sexual desde los 18 años. Y los de la Generación X, los nacidos entre principios de los 60 y principios de los 80, el porcentaje se reducía al 6% cuando tenían la misma edad. Es decir, que a mayor libertad menos frecuencia sexual, pues hacían más el amor los padres que los hijos. ¡Justo al revés de lo que podría parecer!

Pero volviendo al tema, ¿cuáles son las causas de esta “bajada”? Pues parece que son varias y todas apuntan en la misma dirección: el fácil acceso a la pornografía que en un click de internet satisface los deseos sexuales, los cambios en las maneras de cortejar, los nuevos medios y soportes de interacción social parece que están en relación directa… Es decir, que procuran “contacto sexuales virtuales rápidos” que van en detrimento de los “contactos sexuales reales lentos”.

Resumiendo, lo que todos sabemos… que las redes sociales y las webs “facilitan el contacto”, “reducen los tiempos”, “son eficientes en el corto plazo”, son “económicas” y porque no decirlo “frías” en la satisfacción del deseo sexual… pero no sustituyen la “relación”, la “conversación”, las “caricias”, la “ternura”, el “flirteo”, el “cariño”, los “detalles” de una relación en la que se interactúa real y verdaderamente entre dos personas que se dicen las cosas frente a frente, o culo con culo cuando se enfadan. Porque la relación virtual es eso, virtual, es decir, no real.

Los robots pueden hacer muchas cosas, Internet en cierta manera es un “gran robot” que lo facilita todo… incluso, la satisfacción del deseo sexual… pero no puede sustituir ni lo hará nunca a dos personas que se quieren para lo bueno y para lo malo… y si se va la luz o se acaba la batería del aparato tecnológico en cuestión… ¡pues se hace el amor a la luz de una vela, que es más romántico!

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